Dentro de un miedo amarillo
espero tu puñalada;
¡mátame con una espada
si no puedes con cuchillo!

Ya me he quitado el anillo
y he firmado el testamento;
ya me he vestido de viento
con dos lunas al costado,
y te espero amortajado,
firme, seguro y contento,
a que cortes este aliento
que solo de ti ha alentado